ÁRBOLES DE LA LUNA
Más de 400 árboles sembrados en la Tierra provienen de la Luna.
Bueno, la verdad es que en 1971, el astronauta Stuart Roosa del Apollo
14 viajó con un puñado de semillas y, mientras que Alan Shepard y Edgar
Mitchell estaban ocupados paseando por la superficie, Roosa guardó sus
semillas.
Más tarde, las semillas fueron germinadas en la Tierra, y plantadas
en diferentes lugares de los Estados Unidos, llegándo ser llamados los
árboles de la Luna.
Como muchos de los primeros astronautas, Roosa fue escogido porque
demostró un coraje a toda prueba, tanto como piloto de prueba como
paracaidista que debía saltar de aviones para combatir incendios
forestales.
Su amor por la vida al aire libre llevó a que Roosa escogiera llevar
semillas como parte de sus implementos personales: una bolsita del
tamaño de una media en la que se permitía a los astronautas llevar sus
más preciadas posesiones.
Las semillas fueron proporcionadas por el Servicio Forestal de los
Estados Unidos, en especial por su entonces director de Investigación
Genética, Stan Krugman.
En la terraza de su casa, en las afueras de Washington, en su bien
cuidado jardín, se cuenta que el propósito científico detrás de los
árboles de la Luna era ver si la exposición al espacio, en particular a
la radiación, podía tener efectos en las semillas.
Las restricciones en peso y volumen determinaron que sólo pudieran
llevarse 500 semillas. Todas sobrevivieron al viaje. Pero, ¿crecerían?
Los primeros intentos por hacerlas germinar fracasaron. Entonces, en
Houston, se decidió que todas estaban muertas. Contactaron con Krugman y
se las enviaron.
En diversas instituciones de todo Estados Unidos y bajo el cariñoso
cuidado de biólogos y científicos, todas las semillas que quedaban
germinaron y se convirtieron en arbolitos. Cada uno de ellos tenía un
“mellizo terrestre”, nacido del mismo padre y madre.
Durante las celebraciones del Bicentenario de la Independencia,
cuando las árboles ya tenían cinco años, llegaron solicitudes de todo
el país, desde escuelas a agencias gubernamentales.
Las solicitudes sobrepasaron el número de árboles. Por eso, Stan
Krugman creó una segunda generación, retoños de aquellos que fueron a
la Luna y de especimenes terrestres. Pero las solicitudes seguían
llegando, tanto del país como del exterior.
Se enviaron a toda Europa: Francia, Alemania, España, Las Islas Británicas.
Sin embargo, no se mantuvo ningún registro de los árboles de la Luna y quienes los recibieron parecen haberse desvanecido.
Con todo, quienes quieran tener arbolitos de segunda o tercera
generación puede hacerlo por sólo US$32 más los costos de envío. Los
ejemplares son comercializados por el grupo medio ambientalista Bosques
Estadounidenses (American Forests) como parte de un programa que
también ofrece retoños de los álamos que sembró George Washington en
1795, o descendientes del árbol cerca del cual Abraham Lincoln
pronunció uno de sus famosos discursos,
El árbol de la Luna es un sicómoro y lo que los hace fascinantes es
su conexión con la historia, el hecho de que provengan de una semilla
que fue a la Luna y volvió.
¿Alguien sabe que pasó con los arboles de la luna que se enviaron a
España? A mi personalmente me gustaría ver uno de esos ejemplares.
Prometo investigar el tema y como no comentaroslo en “Bajo el influjo de
Selene”
Más ionformación en: http://nssdc.gsfc.nasa.gov/planetary/lunar/moon_tree.html
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